El sabor de la trufa negra de invierno es realmente difícil de explicar con palabras.
Por su aroma intenso y penetrante, pero a su vez muy delicado, equilibrado y agradable este tipo de trufa es el más valorado y apreciado en la gastronomía. Una vez que se prueba es difícil de olvidar.
Se trata de un producto de alto valor culinario que puede emplearse para trufar otros alimentos como los huevos o la mantequilla, o como complemento perfecto para carnes, pescados, pastas e incluso postres.
Simplemente, laminar trufa negra sobre pasta fresca o un risotto, aromatizar un aceite o trufar unos huevos fritos pueden convertir una sencilla comida en una experiencia totalmente diferente, dando un toque especial a cualquier plato.
La trufa es un alimento con un índice de grasa prácticamente nulo y con pocas calorías. En lo referente a su valor nutricional, destaca el contenido de vitamina C y las vitaminas B2, B3 y B9.
Su consumo previene el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y gracias a sus valores baja los niveles de colesterol. La trufa negra también está compuesta de antioxidantes por lo que se considera positiva para la piel y evitan el envejecimiento
El precio de la trufa negra es muy volátil. En el momento de máximo valor, puede llegar a 2000€ el kg., empezando con un precio mínimo de 600€ el kg.
Peso / Tamaño pieza: 10 gr. (Huevo codorniz), 20 gr. (Nuez), 30 gr.(2 personas), 40 gr (Huevo gallina), 50 gr. (Mandarina), 60 gr. (4 personas), 70 gr., 80 gr., 90 gr. (6 personas), 120 g (Naranja), 150 gr., 250 gr., 500 gr., 1000 gr.
Procuramos que la trufa esté perfecta, pero al ser un producto natural recogido gracias al olfato del perro, en alguna ocasión la puede arañar y observamos en ella alguna imperfección, pero no nos tenemos que preocupar, ¡la calidad del producto es la misma!
La trufa se envía envasada al vacío para que conserve el aroma y en un envoltorio especial para mantener la cadena de frío con un acumulador de hielo, protegido por un embalaje de cartón.
Lo mejor de la trufa es consumirla fresca, aunque se puede congelar para mantenerla.
La trufa negra se conserva durante 8 días con el mismo aroma y sabor, conservándola en el refrigerado entre 0º y 4º grados, envuelta con papel de cocina dentro de un envase hermético.
Consumo en fresco preferentemente, no requiere cocción.
La trufa negra tiene infinidad de posibilidades. Se puedes tomar como aperitivo sobre una rebanadita de pan con aceite de oliva virgen extra o mantequilla y unas escamas de sal.
Puedes consultar nuestro blog donde encontrarás deliciosas recetas elaborada con esta trufa. VER RECETAS >>